El Radar
Una de sus aplicaciones más
importantes es la del radar (sistema electrónico que permite detectar objetos
fuera del alcance de la vista y determinar la distancia a que se encuentran
proyectando sobre ellos ondas de radio.) El radar Doppler, que se utiliza a
menudo para medir la velocidad de objetos como un coche o una pelota, transmite
con una frecuencia constante. Las señales reflejadas por objetos en movimiento
respecto a la antena presentarán distintas frecuencias a causa del efecto
Doppler.
La Ecocardiografía.
El efecto Doppler ha adquirido
en los últimos años una extraordinaria importancia en el estudio morfológico y
funcional cardíaco tanto en sujetos sanos como en aquellos con enfermedades
cardíacas. Esto se debe a que esta técnica, que está basada en la emisión y
recepción de ultrasonidos, presenta considerables ventajas respecto a otros
procedimientos diagnósticos. Los ultrasonidos son ondas sonoras de muy alta
frecuencia que avanzan según los principios de las ondas mecánicas, es decir,
sufren fenómenos de atenuación, dispersión y reflexión ("rebote")
dependiendo de las propiedades físicas de las estructuras que encuentran a su
paso. Estas propiedades son aprovechadas para estudiar estructuras situadas en
el interior del cuerpo, de tal manera que emitiendo un haz de ultrasonidos
sobre la superficie (por ejemplo, del tórax), éste se refleja al chocar con
estructuras del interior que no puede atravesar (las estructuras cardíacas),
pudiendo recogerse estas señales a través del mismo instrumento utilizado para
su emisión. Un aspecto esencial de esta técnica es que es inocua. Hasta la
fecha no se conocen efectos nocivos sobre el organismo de la aplicación de
ultrasonidos dentro del rango de frecuencias utilizado para el diagnóstico
ecográfico.
En Astrofísica :El efecto Doppler ha
permitido numerosos avances en astrofísica, por ejemplo para determinar la
estructura de las galaxias y la presencia de materia oscura, el estudio de
estrellas dobles, el estudio de estrellas dobles o para medir los movimientos
de las estrellas y de las galaxias. Esto último, por decirlo de alguna forma,
se consigue observando el color de las galaxias y cuerpos estelares, pues la
luz, al igual que el sonido, es una onda cuya frecuencia a la que la percibimos
puede variar en función del movimiento
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